LA ASOMBROSA CRUZ
Las crisis mundiales, tan dolorosas y peligrosas, son motivo para que los cristianos, al celebrar la Cena del Señor y recordar su pasión, sufrimiento y muerte, celebremos también la victoria de su resurrección. La santa Comunión tiene el propósito de traer los eventos pasados del sufrimiento y la muerte de Cristo al presente, y transformarnos en su luz.
Así, después de haber tomado el pan, dando gracias, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo: -Esto es mi cuerpo que por vosotros es entregado; haced esto en memoria mía- (Lucas 22:19).
LEA MATEO 27:45-61,
Al reflexionar sobre la experiencia de aquellos que estuvieron allí cuando Jesús sufrió, murió y fue sepultado, ¿Cómo podría haber sido presenciado? ¡Cuánta tristeza! ¡Cuántas lágrimas!
Cristo su preciosa sangre
#526 (CSG)
- Cristo su preciosa sangre en la cruz vertió;
por nosotros pecadores él la dio.
Con su sangre meritoria hizo redención;
y por eso Dios te brinda el perdón.
- Es la sangre tan preciosa del buen Salvador,
la que quita los pecados y el temor.
Sin la sangre es imposible que haya remisión;
por las obras no se alcanza la salvación.
- Cristo invita a los perdidos al celeste hogar;
al hambriento el ofrece pan sin par.
Muy preciosa es la sangre, porque me compró
vida eterna en el Cielo; ¡Gloria a Dios!
Letra: Frances Havergal 1884, estrofas 1-2 Trad. Stuart M,Nair,
alt; estrofa 3, por Felipe Blycker y Oscar Lopez
Jesucristo celebró la Pascua en la Última Cena con sus discípulos, la noche en que los llevó al Getsemaní para orar.
Instituyó la ordenanza de celebrar una Cena de Comunión, en la cual sus seguidores, hasta el día de hoy, recordamos el sacrifico en la cruz y esperamos su segunda venida, unidos en amor. Leamos 1 Corintios 11:23-26
Recordad al Señor
#527 (CSG)
- Recordad al Señor, bendecid su santo nombre;
celebremos su gloria y amor. Fue levantado en la cruz,
dio su vida por nosotros; Recordemos al Salvador Jesús.
- Alabad al Señor, y cantad su santo nombre;
celebremos su gloria y honor; si no cantamos al Señor,
aun las rocas cantarían; alabemos al Salvador Jesús.
- Exaltad al Señor, y honrad su santo nombre;
Celebremos su gloria con fervor; en esta Cena del Señor,
en memoria del Cordero, de su sangre, su cuerpo y su amor.
- Demostrad su amor, y hacedlo en su nombre,
ante el mundo unidos en amor; en testimonio de la luz,
como fieles seguidores, estrechemos los lazos del amor.
Letra: Reba Rambo Gardner, 1977, trad. Sonia Andrea Linares M.
JUEVES SANTO
Hoy me has dicho Señor, una vez más,
que si de ti no aparto la mirada,
además de la vida me darás
descanso para mi alma trabajada.
Y me lo has dicho en fecha señalada,
en la que el mundo tu pasión revive;
Si bien, gran parte, de él no sabe nada;
o lo que sabe, bien no lo concibe.
Mi gratitud, Señor, una vez más recibe
por el hecho de haberte conocido,
no sólo como el que murió, sino como el que vive,
quien a mi vida da auténtico sentido.
¡Gracias! Por todo lo hasta aquí vivido;
¡Gracias! Por todo lo hasta aquí llorado:
por lo que me pareció bien o me ha dolido,
por lo que concediste o me has negado.
¡Gracias!, Señor, por conservar mi arado
y permitirme entrar en tus labores,
dando lo que primero tú me has dado
a los que, como yo, te somos deudores.
¡Gracias!, sí, por vivir en los albores
de ese gran día: los que te amamos esperamos,
cuando tú, Rey de Reyes, Señor de los Señores,
¡vendrás! para transformarnos y llevarnos.
¡Aleluya!
Clara Rosique, alt.