LA ASOMBROSA CRUZ
Cristo la tumba venció. Y con gran poder resucitó;
de sepulcro y muerte Cristo es Vencedor,
vive para siempre nuestro Salvador.
¡Gloria a Dios! ¡El Señor resucitó!
Hace casi siglo y medio, durante Cuaresma, el pastor, Roberto Lawry meditaba en el Evangelio de Lucas, capítulo 24. Después de su reflexión sobre la resurrección de Cristo, sentado en el pequeño órgano en la sala de su casa, de manera muy espontánea, escribió música así como palabras, dando expresión a la historia que acababa de leer. El título que le dio al himno fue “No está aquí, sino que resucitó”: basado en Lucas 24:5-6. ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado.
La música capta perfectamente la transición entre Viernes Santo al Domingo de Resurrección. El himno comienza con lentas, pero hermosas notas melancólicas en clave menor, que impulsan a una reverente contemplación: La tumba le encerró, Cristo mi Cristo … El alba allí esperó… La muerte dominó… tristes descripciones de un escenario lúgubre. Luego, el dramático cambio, cuando las voces prorrumpen exclamando: “¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios! El Señor resucitó”.
En ese tiempo la gran mayoría de himnos tenía autor y compositor diferentes. En cambio, para Roberto, los dos elementos, letra y melodía no se podían separar. Al llegar a su mente los primeros fragmentos de un nuevo himno, escribía tanto palabras como notas, no importaba el lugar, las anotaba en el margen de un periódico, el reverso de un sobre, en un papel, lo que tuviera a mano. Luego, al tener tiempo entre sus responsabilidades pastorales, corregía y desarrollaba sus himnos en partituras. Tomó en serio su trabajo hecho en servicio a Dios y su iglesia en Pennsylvania.
El pastor Roberto comunicaba con gran efectividad el mensaje profundo de su letra, escribiendo en música que expresaba drama y sentimiento.
Pocos himnos pueden comparar con tan emotiva declaración de nuestra fe cristiana, como el que tiene ahora el siguiente título.
La tumba le encerró
#212 (CSG)
- La tumba le encerró, Cristo, mi Cristo;
El alba allí esperó Cristo el Señor.
- De guardas escapó Cristo, mi Cristo;
El sello destruyó Cristo el Señor.
- La muerte dominó Cristo, mi Cristo;
y su poder venció Cristo el Señor.
Coro:
Cristo la tumba venció, y con gran poder resucitó;
De sepulcro y muerte Cristo es vencedor,
Vive para siempre nuestro Salvador;
¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios! El Señor resucitó.
LETRA y MUSICA: Robert Lowry, 1874, trad. G.P. Simmonds.