LA ASOMBROSA CRUZ
Cantemos la gloria del Rey poderoso que resucitó.
Quedó abolido el poder de la muerte:
el fuerte vencido por uno más fuerte;
Satán derrotado y Jesús vencedor.
El autor, C.S. Lewis, fallecido hace más de medio siglo, escribió muchos libros que siguen siendo un rico tesoro de importantes enseñanzas, por ejemplo: la serie Narnia, y Cristianismo y nada más.
Sus Cartas de un diablo a su sobrino son una alegoría (*) sobre la Victoria de Jesús sobre satanás, en su Resurrección y ahora.
(*) Una alegoría puede entenderse como una figura literaria utilizada para simbolizar una idea abstracta a partir de recursos que permitan representarla.
Lewis escribió unas cartas ficticias del diablo a un supuesto sobrino, Ajenjo, para representar unas tácticas que nuestro adversario, el padre de mentiras (ver Juan 8:44), suele usar. Pensemos en los sutil de su ataque, para estar en alerta, buscando fortaleza y refugio en nuestro Señor y su Palabra.
Mi querido Ajenjo,
Nuevamente nos encontramos en esa época TERRIBLE del año cuando, incluso aquellos que pensábamos tener más firmemente asegurados en nuestras garras, se encuentran demasiado susceptibles a ceder territorio en sus mentes y corazones viendo películas absurdas, recordando tradiciones de su niñez y, lo que es peor, asistiendo a un servicio de celebración de ese ¡evento-que-jamás-debe-ser-mencionado!
Desde luego, hemos sido eficaces en neutralizar la amenaza que representa esta época del año, logrando que esos seres tan estúpidos vayan de vacaciones para exhibir sus cuerpos casi desnudos en la playa. Por supuesto, nos alegra que el tiempo que rodea este evento-que-jamás-debe-ser-mencionado se haya convertido en días enteros y noches completas de rumba, diversión y trago. Sin duda, es una de las estrategias más brillantes que hayamos maquinado.
Sin embargo, me preocupa que este año se me informa que algunos piensan quedarse en casa. Esto hace que sean muy vulnerables a lo que dice nuestro Enemigo. Si se involucren en alguna actividad, asegúrate de no se acerquen a ningún templo, sino que vayan de paseo al río para disfrutar de una suculenta rampuchada, o que vean partidos de fútbol. No es problema si traten de enfocarse en pensamientos positivos. Propósitos que nunca cumplirán a largo plazo podemos tolerar.
Pero lo mejor es que no vayan a nada, sino que se lo pasan durmiendo o peleando con la familia. Hay que influenciarles por redes sociales a evitar referencia alguna al evento-que-jamás-debe-ser-mencionado. Aún me estremecen y me horripilan esos 40 días y noches en el desierto cuando Él se negó a sucumbir a la astucia y el engaño, para luego calificarlo como ¡una victoria! en contra nuestra.
Esto significa que hay que estar pilas contra los seguidores fervientes del Enemigo que abran ese libro funesto para explicar las cosas ¡desde el punto de vista de Él!
Y claro, no pasaría mucho tiempo antes de oír referencias a “la gracia” (¡apenas me atrevo a escribir una palabra tan despreciable!). Es la más poderosa de las armas del Enemigo y la que más trato de evitar que los humanos logren creer, y mucho menos comunicar. A cada uno hay que
conquistar ¡tanto a su corazón como la mente! ¡Su mente! El área importante que nos enorgullecemos de poseer. Hemos logrado convencer a muchos de esos horripilantes seres que dejen la mente a un lado, para sólo depender de sus emociones y sentimientos escuchando esos magníficos potes y tambores que hechizan.
El Enemigo tiene su manera de seducirlos a sus tan peligrosas actividades, llueva o truene, como son los “cultos de oración”. Cuando esos idiotas oran aún no hemos sido capaces de contrarrestar la paz que reciben.
Sé un verdadero guerrillero del padre de las depravaciones y utilice las circunstancias adversas para evitar que el Enemigo gane terreno.
Todos los días logramos atraer más de esos patéticos humanos para quitar sus almas. Así es como debe ser. Sin embargo, el Enemigo ¡quisiera tenerlos como hijos e hijas! ¡Me dan nauseas!
Así que haz lo que hagas, la celebración del ¡evento-que-jamás-debe-ser-mencionado! debe ser neutralizada. Todo esto para decir que es un momento peligroso del año. No me decepciones.
Tu tío entrenador,
Veterano embaucador
(alegoría basada en “Cartas a un diablo novato” de C.S.Lewis).
¡Victoria, Victoria!
#227 (CSG)
¡Victoria! ¡Victoria! Cantemos la gloria del Rey poderoso que resucitó.
Quedó abolido el poder de la muerte:
el fuerte vencido por uno más fuerte; Satán derrotado y Jesús vencedor.
El Crucificado, por Dios coronado, es Rey soberano, Glorioso Señor;
Daránle honores, dominio y grandeza;
Reconocerán su eterna realeza, pues digno es Cristo de todo loor.
Corona celeste adorna su frente, los ángeles todos le rinden honor.
Ya pronto el cetro terrestre empuñando,
cual rey le veremos en paz dominando, en cielos y tierra triunfante Señor.
LETRA: Autor descon. en Himnos de Fe y Alabanza, 1966.