Yo cantaré de mi Jesucristo – 28 de Marzo de 2022

LA ASOMBROSA CRUZ

 El coro de las cuatro estrofas resume los motivos de este canto:

Yo cantaré de mi Jesucristo, pues con su sangre me redimió
Y en la cruz me dio el indulto; de mi pecado me libró.

Estas palabras fueron escritas por Felipe Bliss, quien viajó con su esposa, Lucy, y sus hijos para pasar la Navidad de 1876 con su madre y hermana en Pennsylvania.  Tenía compromiso para regresar a Chicago y colaborar con la música en una cruzada del evangelista Moody en enero del nuevo año.  Sin embargo, hacia finales de diciembre, recibió un telegrama rogando que regresara antes de la fecha pactada para cantar.

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Felipe envió este telegrama: “TIQUETES EN MANO VIAJO CHICAGO VÍA BÚFALO EMPRESA DEL LAGO (punto) EQUIPAJE YA DESPACHADO LLEGAMOS VIERNES (punto). QUE DIOS LES BENDIGA PARA SIEMPRE (punto).”

Afortunadamente a última hora, Felipe y Lucy decidieron dejar a sus pequeños hijos, Felipe Pablo de 1 año y Jorge de 4 años con la abuelita.  No contaban con la tremenda nevada que caería ese viernes, y al llegar a la frontera entre Pensylvania y Ohio, llevaban tres horas de retraso.  Las dos máquinas del tren batallaban contra montañas de nieve que se amontonaban en la vía, arrastrando los once vagones.

A medida que se acercaban al puente de la quebrada Ashtabula, el viento y la nieve se arreciaban. A eso de las 8 p.m. el maquinista alcanzó tierra firme, pero la segunda máquina se desconectó, y junto con el resto del tren, se desplomó aparatosamente al abismo, porque las aguas heladas habían socavado las bases del puente.  No existía la luz eléctrica, así que los pasajeros venían iluminados y abrigados con lámparas y estufas a gasoil.  A los 5 minutos, los incendios creados por las lámparas y los calentadores, se iban uniendo hasta crear una sola hoguera. 

Felipe rompió una ventana y logró escapar con otros pasajeros, pero al no encontrar entre los 14 sobrevivientes a Lucy, Bliss penetró nuevamente al coche para tratar de liberar a su esposa que estaba atrapada debajo de los asientos metálicos.  Luchó con valor hasta que una explosión de la caldera acabó con las vidas de todos en el tren.

Lo que quedó después de la explosión fue una enorme masa carbonizada.  Jamás se sabrá cuántos murieron en uno de los peores desastres de ferrocarril (algunos historiadores dicen que fueron 250). 

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Existe un monumento en el cementerio de Ashtabula en memoria de los muchos cuyos restos jamás fueron identificados, entre ellos, Felipe y Lucy. 

Así como había comunicado por telegrama, el maletín de Felipe llegó el día anterior.  Al ser abierto en Chicago, se encontró una hoja con las primeras dos líneas de un nuevo himno que comenzaba a escribir al momento de enviar su equipaje.  


Luego encontraron el borrador del himno que Felipe pensaba usar como lema para la cruzada de enero.  Faltaba la música, pero el nuevo director de canto que Moody reclutó, Jaime McGranahan, pronto compuso una melodía. El himno, Yo cantaré de mi Jesucristo, fue usado, en memoria de Felipe y Lucy por su fe en Jesús, durante los servicios de la cruzada ese enero de 1877, y hoy se sigue cantando alrededor del mundo.

Yo cantaré de mi Jesucristo

#163 (CSG)

Yo cantaré de mi Jesucristo, y de su grande y tierno amor,
del que sufrió en la cruz del Calvario para librar al vil pecador. 

Yo cantaré la excelsa historia de su gloriosa y gran redención;
Al que decide hoy recibirle Él le da vida y salvación.

Yo cantaré de mi Jesucristo, de su eterno y tierno amor;
Hijo de Dios yo soy por su gracia, Gracia de Cristo mi Salvador.

Yo cantaré loor a mi Cristo, porque triunfó con su gran poder;
Y al pecado, infierno y muerte, Él me ayudará a vencer.

(coro) 

Yo cantaré de mi Jesucristo, pues con su sangre me redimió
Y en la cruz me dio el indulto; de mi pecado me libró.

LETRA: Philip P. Bliss, 1876, Trad. Timoteo Anderson C.

En la eterna presencia del Señor, con Felipe, Lucy y todos los redimidos, alabaremos a nuestro Salvador, quien por “su grande y tierno amor” … “sufrió en la cruz del calvario para liberar al vil pecador”.