LA ASOMBROSA CRUZ
En Colombia, el 19 de marzo (y el 21) se celebra a José, quien acogió a la Virgen María y al bebé Jesucristo para formar un hogar al lado de su carpintería en Nazaret. Estuvo presente con ternura de padre cuando Jesús tomaba sus primeros pasitos entre listones de madera, probablemente sujetando sus pequeñas manos.
Es impresionante recordar que el Hijo divino vivió por las fases del desarrollo humano hasta ser adulto. Lucas 2:40 dice que “el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era con él”. Cuando tenía 12 años, los pies de Jesús caminaron de Nazaret a Jerusalén en medio de una multitud para celebrar la fiesta de la Pascua. Allí, sus pies le llevaron a hacer la voluntad del Padre Celestial reuniéndose en el templo con doctores de la ley por tres días. “y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas” (Lucas 2:47). Luego regresó con José y María a Nazaret y “estaba sujeto a ellos” (Lucas 2:51).
Cuando tenía 30 años, después de sufrir 40 días de tentación en el desierto, comenzó su ministerio de tres años, tal como los Evangelios lo relatan. Sus pies en sandalias recorrieron polvorientos caminos en Galilea para enseñar, sanar y anunciar el Reino de Dios hasta regresar a Nazaret con una misión especial en la sinagoga.
Leamos Lucas 4:16-22 para ver cómo se cumplió la profecía de Isaías 61 en Jesucristo. Aunque la gente reconoció su virtud en Lucas 4:22, le seguía llamando “hijo de José”. Terminaron tan llenos de ira que quisieron asesinarlo (Lucas 4:28-30). No lo aceptaron como el Mesías.
Jesús llamó a los 12 discípulos para acompañarle en muchas ciudades para anunciar el evangelio del Reino de Dios (Lucas 4:43). Los pies del divino Maestro lo llevaban frecuentemente a apartarse a orar (Lucas 5:16).
Nosotros, sus actuales seguidores, también debemos apartar tiempo para orar. La oración y el recogimiento espiritual son especialmente apropiados en este tiempo de cuaresma, acompañados de cantos centrados en la pasión y muerte de Jesús.
Recordemos que sus pies fatigados y cuerpo maltratado tuvieron que llevar la pesada cruz hacia el lugar llamado de la Calavera (Juan 19:17).
Este cuadro famoso del artista Tiziano Vecelli representa a Simón de Cirene, quién le ayudó cargando la cruz (Lucas 23:26). Jesús había dicho en Lucas 14:27 lo siguiente: “el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo”. ¿Estamos conscientes de que, aunque la salvación es por gracia, la vida cristiana demanda compromiso?
Meditemos en 2 estrofas de Rey de mi vida, #518 (CSG).
- Rey de mi vida tú eres ya: gloria te doy, Jesús;
No me permitas olvidar tu obra en la cruenta cruz.
2.) Hazme dispuesto a llevar la dura cruz por ti;
Con gozo sufriré, Señor; fuiste a la cruz por mí.
LETRA: Jennie E. Hussey, 1921, trad. G.P. Simmonds
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El guatemalteco Alfredo Colom M. escribió con sentimiento y solemnidad 5 estrofas acerca de los pies de Jesús. Cantemos Pies Divinos (#201 CSG), pensando en nuestro Salvador.
Pies Divinos
#201 (CSG)
- Pies divinos, pies divinos, pies divinos;
Pies divinos, pies divinos de Jesús,
// Que en la cumbre del Calvario los clavaron en la cruz. //
- Vedlos fríos y desnudos por los campos,
caminando, caminando sin cesar;
// Por las cumbres, por los valles, por la orilla de la mar. //
- Van llevando por Judea la semilla
del bendito Evangelio del amor,
// Y calmando del enfermo las tristezas y el dolor. //
- ¡Cuán hermosos y cuán santos, cuán benditos,
de Jesús el Nazareno son los pies!
// ¡Oh yo quiero que a la tierra vengan pronto otra vez! //
- Pies divinos, pies divinos, pies sangrantes,
horadados por mi culpa sin igual,
// Nos librasteis del pecado y del juicio eternal. //
LETRA y MUSICA: Alfredo Colom M, 1954
Usado con permiso de Singspiration Music en CSG
