LA ASOMBROSA CRUZ
Meditemos en el nombre de nuestro Salvador, y cómo la salvación obrada en la cruz por su sangre, además de darnos perdón por nuestro pecado y vida eterna, nos bendice con consuelo, paz, dones, gracia y luz, tal como este himno expresa. Jesucristo es mi amigo que me sostiene en la lucha diaria. Le adoramos ahora, y en la eternidad mejor le alabaremos.
Cuan dulce el nombre de Jesús
#405 (CSG)
¡Cuán dulce el nombre de Jesús
Es para el hombre fiel!
Consuelo, paz, vigor, salud
Encuentra siempre en él.
A pecho herido fuerzas da,
Y calma al corazón;
Al alma hambrienta es cual maná
Y alivia su aflicción.
Tan dulce nombre es para mí
De dones plenitud,
Raudal que nunca exhausto vi
De gracia y de salud.
Jesús, mi amigo y mi sostén,
Bendito Salvador,
Mi vida y luz, eterno bien,
Acepta mi loor.
Es pobre ahora mi cantar,
Cuando en gloria esté
Y allá te pueda contemplar
Mejor te alabaré.
LETRA: John Newton, 1779, trad. Juan B. Cabrera, 1886
El autor de este himno, John Newton, también escribió el #300 (CSG), Sublime Gracia. Solo la gracia divina lo pudo cambiar de un hombre duro y degenerado a un siervo útil de Dios. Cuando pequeño, su madre le había enseñado a leer la Biblia y cantar himnos.
Al fallecer ella de tuberculosis, su hijo quedó a la deriva. Su padre, un capitán de barco, se casó de nuevo, y envió a Juan a estudiar a un internado. Luego, a los 11 años, Juan fue al mar trabajando como camarero, hasta llegar a ser transportador de esclavos del África. Cayó en vicios, desertó del servicio militar, y el Señor lo libró de muchos peligros. Quedó impactado al sobrevivir a una tempestad, y se arrepintió. Convertido en hijo de Dios, luego estudió para ser pastor. Con un amigo, William Wilberforce, lograron que el parliamento inglés aboliera la esclavitud. Cantemos el himno de su testimonio: Sublime Gracia.
Sublime Gracia
# 300
- Sublime gracia del Señor,
Que un infeliz salvó;
Fui ciego mas hoy miro yo,
Perdido y él me halló.
- Su gracia me enseñó a temer;
Mis dudas ahuyentó;
¡Oh cuán precioso fue a mi ser
Cuando él me transformó!
- En los peligros o aflicción
Que yo he tenido aquí,
Su gracia siempre me libró
Y me guiará feliz.
- Y cuando en Sion por siglos mil
Brillando esté cual sol,
Yo cantaré por siempre allí
Su amor que me salvó.