Hay un precioso manantial – 6 de Marzo de 2022

La asombrosa cruz 5

La melodía de este himno tiene una cualidad alegre y vibrante. 

¿Podría haber un contraste más marcado entre la música y su letra, que habla del extremo sufrimiento del Salvador que comienza así: “Hay un precioso manantial de sangre de Emanuel…” pagando el precio por nuestra rebeldía y pecado?

El Cordero agonizante, con heridas abiertas ofrece salvación. Un malhechor a su lado cuelga en miseria de otra cruz, cree en Jesucristo para salvación, y fue perdonado por la sangre de Cristo. La espiritualidad contemporánea. Piensa en el reino espiritual como más allá, inefable, invisible.

Este himno es a la vez metáfora y absolutamente real.

Hay un precioso manantial

Por William Cowper-1771

#524 (CSG)

  1. Hay un precioso manantial de sangre de Emanuel, 

que purifica a cada cual que se sumerge en él;

que se sumerge en él, que se sumerge en él.

Que purifica a cada cual que se sumerge en él.

  1. El malhechor se convirtió pendiente de una cruz; 

el vio la fuente y se lavó, creyendo en Jesús;

creyendo en Jesús, creyendo en Jesús.

el vio la fuente y se lavó, creyendo en Jesús.

  1. Y yo también mi pobre ser allí logre lavar; 

La gloria de su gran poder me gozo en ensalzar;

me gozo en ensalzar, me gozo en ensalzar.

La Gloria de su gran poder me gozo en ensalzar.

  1. ¡Eterna fuente carmesí! ¡Raudal de puro amor! 

Se lavará por siempre en ti el pueblo del Señor;

el pueblo del Señor, el pueblo del Señor.

Se lavará por siempre en ti el pueblo del Señor.

Jesús mismo explicó en el Camino de Emaús que el Mesías tenía que sufrir (Lucas 24:26), y el apóstol Pablo mostró en sus escritos esa misma necesidad (Hechos 17:2-3). La limpieza del pecado no se puede lograr de otra manera. 

Por la profundidad y el horror de nuestro pecado. Cristo, el Cordero agonizó y por su sacrificio redentor Dios nos sana (Isa. 53:5; Juan 1:29; 1 Ped. 2:24).

Este himno ensalza el rescate obrado por Emanuel, Dios con nosotros, La sangre de Jesús fue dada en nuestro lugar y por nosotros. Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna (juan 3:16) 

Por eso se alegró el ladrón moribundo. Le dijo el malhechor “Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino” (Lucas 23:42). ¿Qué vio ese ladrón escondido en el cuerpo maltratado y quebrantado de Cristo? Tuvo la fe de ver la victoria de Jesús, y que la victoria se ganaba para ser compartida, incluso con alguien tan culpable y perdido como el mismo ladrón. Jesús usó parte de su último aliento para prometerle: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (v. 43).

Este himno es una celebración al amor redentor. Debemos seguirlo cantando, llamando a otros a unirse a nosotros: Jesús declaró que tenía ovejas fuera del redil que debía traer, no solo como una persona individual, tan preciosa como eso es, sino como toda una iglesia transformada, para algún día ser presentada sin mancha o arruga, por la santidad que Cristo compró para nosotros y que el Espíritu nos aplicó, lavados por la sangre.

LEA LUCAS 23:32-43

Muchos himnos expresan el mismo tema, como:

Comprado con sangre por Cristo

#339 (CSG)

  1. Comprado con sangre por Cristo, con gozo al cielo yo voy;

Librado por gracia infinita, ya sé que su hijo yo soy.

coro

Lo sé, lo sé, comprado con sangre yo soy;

Lo sé, lo sé, con Cristo al cielo yo voy.

  1. Soy libre de pena y culpa; su gozo él me hace sentir,

Él llena de gracia mi alma, con él es tan dulce vivir.

  1. En Cristo yo siempre medito, y nunca le puedo olvidar;

callar sus favores no quiero, voy siempre a Jesús alabar.

  1. Yo sé que me espera corona, la cual a los fieles dará

Jesús Salvador en el cielo; mi alma con él estará.

Fanny J. Crosby, 1883, trad. J.R. Ríos y W.C Brasil