Porción tomada del devocional «Celebrando a diario con el Rey» de W. Glyn Evans (c) 1996 Libros Alianza (Libros Cali)
23 de marzo
Dios no pierde ningún detalle
¡Debo recordar siempre que Dios es tres veces santo, pero mucho más! El es detallista y meticuloso. David lo expresó así: “Perfecto es el camino de Dios” (Sal. 18:30). Enseguida él afirma: “Dios hace perfecto mi camino” (v.32).
¡Qué dicha pensar que cuando Dios me ve, él escoge mi perfección! En este caso no hablo de perfección moral sino de programa. Aunque yo mismo lo ignore, Dios me está tomando en cuenta para su Reino, en el cual ya me tiene asignado un lugar muy especial. Sin cesar y sin cansarse Dios me va moviendo hacia adelante, hasta que llegue al sitio en el cual me considera perfectamente ubicado. Como yo no conozco ese lugar de antemano, mi vida podrá aparecer como una pesadilla o laberinto donde sólo el viento está en control. ¡No importa! Con seguridad, aunque a veces lentamente, Dios nos va acercando a la meta, cuya “perfección” es la misma del Cielo, en el sentido de ser lo ideal para nosotros.
Al coronar la meta y mirar hacia atrás, me asombraré al descubrir los muchos detalles extraños y aparentemente insignificantes que Dios usó para impulsarme. Aquello que me causó fastidio, molestia y demoras, que me hizo “perder los estribos”, muchas veces fueron mis mejores maestros. La Biblia nos revela que Dios ha usado cosas tales como la indigestión de un rey, el sueño profundo del capitán de un barco, el lloro hambriento de un niño, la mentira, un sueño y hasta la vara de un pastor de ovejas para lograr cosas increíbles. ¿Quién soy yo para negar que Dios use el pequeño accidente, el cambio de planes o el evento inesperado en el día de hoy? ¡Son esos mínimos detalles los que Él usa para llevarme hacia su perfección!
Ante tal Dios solamente puedo caer de rodillas para exclamar: “¡Perfecto es el camino de Dios (conmigo)!” (Sal. 18:30). “Grande en misericordia para con los que te invocan” (Sal. 86:5).
“¿Que pide el Señor (*) tu Dios de ti? Sólo que temas al Señor (*) tu Dios, que andes en todos sus caminos, que ames y sirvas…con todo tu corazón”
Deuteronomio 10:12
Himno: “Me guía él”
•1. Me guía él, con cuánto amor
me guía siempre mi Señor;
En todo tiempo puedo ver
con cuánto amor me guía él.
Coro: Me guía él, me guía él
Con cuánto amor me guía él;
No abrigo dudas ni temor,
Pues me conduce el buen Pastor.
•2. En el abismo del dolor
O donde intenso brilla el sol,
En dulce paz o en lucha cruel,
Con gran bondad me guía él.
- La mano quiero yo tomar
De Cristo y nunca vacilar,
Cumpliendo con fidelidad
su sabia y santa voluntad.
•4. Y la carrera al terminar,
El alba eterna al vislumbrar,
No habrá ni dudas ni temor,
Pues me guiará mi buen Pastor.
Celebremos su Gloria # 407
LETRA: Joseph H. Gilmore, 1862, trad. Epigmenio Velasco.