Cuaresma – 18 de Febrero

Porción tomada del devocional «Celebrando a diario con el Rey» de W. Glyn Evans (c) 1996 Libros Alianza (Libros Cali).

18 de febrero

Dios a veces “camina en círculos”

Ayúdame, Señor, a no quejarme cuando me haces caminar contigo en círculos. Como persona práctica había pensado que Dios siempre andaba en línea recta para llegar más rápido. Pero después de estudiar Su Palabra y observar cómo obra, descubrí que Dios casi siempre anda en círculos. Por eso Dios es para mí un ser misterioso e incomprensible. Sólo cuando logro comprender el secreto de sus “círculos”, todo se me aclara.

José es un buen ejemplo. Dios le prometió poder y autoridad a través de sus sueños, pero en vez de cumplir de una vez sus promesas, lo condujo a la esclavitud y la cárcel, o sea todo lo contrario de lo prometido. ¿Por qué? Porque Dios nos trata así como hizo el universo, en círculos.

Dios aun trató a su propio hijo de esta manera. Jesucristo dejó su hogar en la gloria para visitar al hombre y resultó muriendo en una cruz y siendo sepultado antes de regresar a su hogar celestial. Aunque todos sabemos bien esa historia, nos olvidamos de que Dios usa siempre esa táctica.

¿Por qué será que a veces Dios nos pone a dar vueltas? ¿Por qué nos promete cosas para luego negárnoslas? Nos da esperanza para luego dejar que nos sintamos defraudados.

Lo que sucede es que Dios se ocupa de hacer santos y no programas. El desarrollo espiritual incluye el dejar cosas que ya no nos convienen y adoptar otras que son necesarias. Esto exige tiempo.

Todos estamos en algún lugar del círculo. Hay un punto de crisis en el cual todo parece desbaratarse. Pero ese punto es justamente el momento en que más debemos confiar, ya que es en ese instante cuando las cosas vuelven a cambiar. ¡Señor mío, no permitas que yo me desespere ni que me desanime prematuramente!

Lo que me anima es que Dios me vigila constantemente, no importa dónde esté en el círculo de Su voluntad. Dondequiera que estoy Él conoce bien mis padecimientos. El está empeñado en llevarme sano y salvo a “casa”, y ¡ese será mi momento de mayor dicha!

“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que le aman, esto es, a los que son llamados conforme a su propósito”

Romanos 8:28

Himno: “Yo sé a quién he creído”

  1. No sé por qué la gracia del Señor
    a mí un día me alcanzó,
    Ni sé por qué obró la salvación
    en un indigno como yo.
    Coro: Mas yo sé a quién he creído,
    y es poderoso para guardarme
    Seguro hasta el día en que venga él por mí.
  2. No sé por qué la gracia del Señor
    en mí él quiso demostrar,
    Ni sé por qué cuando era pecador
    por mí su vida vino a dar.
  3. No sé cómo es que su Espíritu
    convence al hombre de su error,
    Ni cómo obra en el corazón
    creando fe en el Señor.
  4. No sé cuándo el Señor regresará,
    De noche o al amanecer,
    Ni sé si por la muerte he de pasar
    O vivo subiré con él.

Celebremos su Gloria # 344

LETRA: Daniel W. Whittle, 1883, trad. Pablo Sywulka B.